SANTA TERESA Y LA CASA DE ALBA
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Santa Teresa mantuvo a lo largo de su vida una estrecha relación con la Casa de Alba. En especial con la Duquesa María Enríquez de Toledo, esposa del Gran Duque de Alba, Don Fernando. Esta relación fue determinante para el hecho de que la santa falleciera en Alba de Tormes. Tal circunstancia se produjo cuando Teresa, que sintiendo cercano ya el momento de su muerte iba camino de su ciudad natal, Ávila, no dudó en acudir a la llamada de la Duquesa, que la reclamó para que asistiera al nacimiento de un nieto. Tras empeorar su estado de salud y permanecer sus últimos días en cama, falleció a las 9 de la noche del 4 de octubre de 1582 en una celda del monasterio de las MM. Carmelitas.

Puede parecer extraño que una santa que tuvo la austeridad y sencillez como norma de vida, mantuviera, a lo largo de buena parte de ella, esta estrecha relación de amistad con una de las dinastías nobiliarias más poderosas -y ricas- del momento. Pero así fue. Este vínculo tuvo una importante repercusión en la labor fundadora desarrollada por Santa Teresa.


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