Cristina Branco es sinónimo de sofisticación en la música portuguesa. Dentro de un campo de fuertes raíces conservadoras y tradicionalistas como es el fado, Cristina Branco representa una alternativa basada en el profundo conocimiento de los poetas y poemas que interpreta. Su disco Menina, marcado por la audacia y la mezcla de nuevos compositores de varias latitudes de la música portuguesa, recibió en este país el Premio de Mejor Disco de la Sociedad Portuguesa de Autores.