Blink es una exposición compuesta por dos instalaciones pictóricas dedicadas al paisaje, entendido como una experiencia del cuerpo y la memoria y observado desde la experimentación con las cualidades de la visión y la captación mecánica de imágenes.
En la línea de la pintura de Diego Vallejo, esta es un ejercicio irreal que captura precisamente la imposibilidad de retener el paisaje en la memoria, ejercicio que cuestiona la naturaleza y su representación al ser fragmentada y pintada a pesar de la visión normalizadora. El formato y disposición de las piezas busca forzar el cuerpo de quien mira para potenciar su unión con el paisaje pintado.