Los asentamientos humanos en este territorio se remontan al Neolítico. Entre los vestigios sobresalen las pinturas rupestres esquemáticas ubicadas en los valles de Las Batuecas, Lera y Esposadas. También quedan muestras de castros vetones y del paso de los romanos, entre estos últimos la mina aurífera de Las Cavenes.

 

El valioso patrimonio arquitectónico se manifiesta en los cinco municipios declarados Conjunto Histórico: La Alberca, San Martín del Castañar, Mogarraz, Miranda del Castañar y Sequeros. Son pueblos que guardan la arquitectura serrana tradicional: calles estrechas y fachadas de tramoneras, estampa de los pueblos de la Sierra.

 

El territorio encierra una elevada carga religiosa y de misterio, como queda patente en la Peña de Francia; esta montaña constituye el emblema de la comarca, con un santuario en lo alto que acoge a la Virgen negra. Los serranos han conservado numerosas costumbres y tradiciones, que constituyen una marca de identidad del territorio.