31 de diciembre de 1936 Carmen, una niña de 11 años, se encuentra con un anciano sentado en un banco leyendo el periódico. Tras sentarse junto a él le produce tanta curiosidad que empezará una retahíla de preguntas que acabará en una profunda conversación entre una niña Carmen Martin Gaite y un anciano Miguel de Unamuno. Carmiña ha vuelto a Salamanca para dar una conferencia, pero ha olvidado en Madrid su ¿cuaderno de todo¿. Una joven estudiante de Filología Hispánica de la USAL, escritora en ciernes, admiradora y conocedora de la historia y la bibliografía de Carmen Martin Gaite (¿Carmiña¿ o ¿Calila¿) interacciona con ella. Entablan una entrañable conversación sobre cómo empezó a forjarse como escritora en Salamanca y como actriz, faceta ésta que descartó pero que nunca abandonó. Entre ellas surge una gran amistad y complicidad. Tras despedirse aparecen su gran amigo y escritor Ignacio Aldecoa y su exmarido Rafael Sánchez Ferlosio, ambos compañeros de la generación del 50, con los que repasa momentos agradables y menos agradables de sus vidas.