Salamanca es una ciudad que deja huella. Quien ha vivido, estudiado o trabajado aquí sabe que sus plazas, calles y rincones se graban para siempre en la memoria. Son el escenario de momentos irrepetibles, de amistades que marcan una vida, de años que nunca se olvidan. Esta colección es precisamente eso: una invitación a recorrer de nuevo los rincones más emblemáticos de nuestra ciudad. Antonio González ha sabido captar con maestría la esencia de Salamanca y ofrecérnosla como un legado. Cada cuadro es una ventana abierta a un recuerdo: la Plaza Mayor, las calles empedradas, las catedrales que nos miran imponentes¿ Lugares que, al volver a verlos, nos traen de vuelta emociones que creíamos dormidas.