Hay tantas odiseas como individuos, quizá más. Pero nosotros le traemos la Odisea de Homero, la fetén, la transcrita en el siglo VIII a.C., la que nos habla del astuto Odiseo y de su viaje de vuelta a casa, Ítaca, desde Troya. La Odisea, más allá de una colección magnífica de aventuras y desventuras, de monstruos y divinidades adversas... y favorables, es un ejemplo magnífico de estructura narrativa compleja: vamos, que no empieza por -érase una vez- ni termina con -y fueron felices-.