El tango es un viaje al otro lado, caminito sin vuelta de un arrebato sentimental. El tango es el viaje de un trago hasta el fondo, de un pensamiento amargo que se baila, de un dos por cuatro con todo el ingrediente. Nostálgico y nocturno, el tango se instala en cualquier parte llevando su pasado porteño allá donde se escuche y el viejo Buenos Aires aparece en el rincón, iluminando las mesas y las copas, faroleando en la cabeza como las luces de un boliche de arrabal.