Tratamiento de lixiviados y baldeos

El tratamiento de los efluentes líquidos generados en el centro, es decir, todo el exceso de lixiviados producido en los procesos biológicos y los producidos en las limpiezas de las distintas instalaciones, junto con los lixiviados recogidos en la balsa del depósito de rechazos, se realiza mediante una planta de tratamiento de lixiviados por ósmosis inversa de doble etapa. La instalación cuenta con un tratamiento físico-químico previo a la entrada al módulo de ósmosis que trata el lixiviado crudo con el objeto de retirar la mayor cantidad de sólidos suspendidos posible antes de su entrada en el proceso de ósmosis.

En este proceso el lixiviado crudo sufre una coagulación seguida de una floculación, agrupando los sólidos suspendidos y partículas coloidales presentes en el lixiviado de entrada, estos flóculos son elevados a la superficie del físico-químico y extraídos mediante una bomba de rotor excéntrico en forma de fango físico-químico. El lixiviado clarificado es almacenado en unos depósitos de 100 m3, que sirven como pulmón a la ósmosis inversa. En este proceso primeramente se produce un ajuste de pH con ácido sulfúrico, para posteriormente atravesar un filtro de arena y dos filtros de cartuchos antes de llegar a la primera etapa de la ósmosis. El permeado de esta primera etapa es tratado en la segunda etapa, cuyo resultado es un efluente con calidad de vertido a cauce público, que es almacenado y reutilizado para el mantenimiento de las zonas verdes de la instalación y la limpieza de las naves.

El rendimiento de la planta de tratamiento de lixiviados es de aproximadamente 75%-80%, siendo la capacidad de tratamiento instalada superior a los 35.000 m3 anuales.